Aunque el término "obligación de crédito dinerario" no se usa con frecuencia en el día a día, hace referencia a una operación muy común en el ámbito financiero. A continuación, detallaremos qué significa y qué implica este concepto para las partes involucradas.
¿Qué es una obligación de crédito dinerario?
Se trata de un acuerdo en el que una de las partes, conocida como acreedor, entrega o se compromete a entregar una suma de dinero a otra parte, denominada deudor, quien se obliga a devolver esa cantidad bajo las condiciones previamente acordadas.
Desde el punto de vista legal, esta clase de acuerdo pertenece a las denominadas obligaciones de dar, que se diferencian de las obligaciones de hacer o no hacer. Más específicamente, es una obligación pecuniaria, ya que el objeto principal del compromiso es una suma de dinero.
Por ejemplo, cuando se solicita un préstamo personal a una institución financiera, se está estableciendo una obligación de crédito dinerario:
- La entidad financiera (acreedor) entrega el dinero al cliente.
- El cliente (deudor) debe devolver la cantidad en el plazo acordado, junto con los intereses correspondientes.
¿Qué ocurre si no se cumple con la obligación de crédito dinerario?
El incumplimiento de este tipo de compromiso puede generar consecuencias legales y económicas significativas para el deudor. Entre ellas, destacan:
- Reclamación extrajudicial o judicial:
- El acreedor puede iniciar gestiones fuera de los tribunales, como enviar un burofax o un requerimiento notarial, exigiendo el pago de la deuda.
- Si estas acciones no tienen éxito, puede recurrir a la vía judicial, a través de procesos como el juicio monitorio, diseñado para reclamar deudas de manera ágil y eficiente.
- Embargo de bienes:
- Si el deudor no paga después de ser requerido, el acreedor puede solicitar al juzgado el embargo de sus bienes para garantizar el cobro de la deuda.
- Incorporación a ficheros de morosidad:
- El impago puede derivar en la inclusión del deudor en bases de datos de morosos, como ASNEF o BADEXCUG, afectando su capacidad para obtener crédito o contratar servicios.
- El impago puede derivar en la inclusión del deudor en bases de datos de morosos, como ASNEF o BADEXCUG, afectando su capacidad para obtener crédito o contratar servicios.
¿Las deudas tienen un plazo de prescripción?
En España, las deudas prescriben tras el tiempo establecido por la legislación. Por ejemplo, las deudas de alquiler prescriben a los 5 años. Sin embargo, no es fácil que una deuda prescriba, ya que el plazo puede interrumpirse y reiniciarse en dos situaciones:
- Reclamaciones del acreedor:
- Cada vez que el acreedor reclama la deuda, ya sea por medios extrajudiciales (como el envío de un burofax) o judiciales, el plazo de prescripción se reinicia.
- Reconocimiento de la deuda por parte del deudor:
- Si el deudor admite la existencia de la deuda, aunque sea de manera implícita, el plazo vuelve a comenzar desde cero.
¿Qué alternativas tiene un deudor en apuros?
Cuando una persona enfrenta dificultades para cumplir con una obligación de crédito dinerario, existen soluciones legales para aliviar su situación, siendo una de las más destacadas la Ley de la Segunda Oportunidad.
¿En qué consiste la Ley de la Segunda Oportunidad?
Esta herramienta legal permite a particulares y autónomos en situación de insolvencia solicitar la cancelación de sus deudas, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos básicos. Entre sus principales beneficios están:
- Suspender embargos: Durante el proceso, se detienen las ejecuciones sobre los bienes del deudor.
- Eliminar el registro en ficheros de morosidad: Una vez canceladas las deudas, se puede solicitar la exclusión de las listas de morosos.
Una obligación de crédito dinerario es una figura habitual en las operaciones económicas, pero el incumplimiento de este compromiso puede tener consecuencias graves. Si estás enfrentando problemas para pagar tus deudas, es importante actuar con rapidez y considerar herramientas legales como la Ley de la Segunda Oportunidad.